Paige Matthews tiene una pequeña crisis de identidad. Sin prisa pero sin pausa, se va acostumbrando a la forma de vida de sus hermanas largo tiempo perdidas, pero no quiere extralimitarse. Después de todo, jamás sustituirá a Prue Halliwell… ni siquiera en el caso de que pudiera hacerlo. Ante esta situación, Paige considera que ha tenido un golpe de suerte cuando, un día, sus experimentos con la magia la transforman en una gata. ¿Quién habría imaginado que tenía talento para cambiar de forma? Solo hay un problema: no puede recuperar la forma humana. Sus hermanas la traicionan inadvertidamente cuando la llevan a un refugio de animales de la ciudad. De pronto, se encuentra a sí misma formando parte de una secta que adora a las deidades del Antiguo Egipto, ¡y se ve catapultada a ese mismo lugar!