Sin retorno
Douglas Sands quiere recuperar su antigua vida. Quiere salvar un matrimonio que se desmorona. Quiere caminar por las calles sin saber que algunos de quienes lo rodean no son humanos. Quiere ignorar al fantasma de su hijo muerto que lo llama por las noches. ¿Es mucho pedir? Aparentemente, sí.
Julia y Nathan también ven monstruos. Han adoptado la vida del cazador, una vida que tiende a ser trágicamente breve. Julia no se detendrá... no puede detenerse... hasta haber encontrado a su hijo. Nathan siente la necesidad de darle un significado al sacrificio de tantos amigos que ofrendaron sus vidas. Pero la línea que separa a amigos de enemigos a veces se diluye, igual que las diferencias entre el cazador y su presa.