La sangre se ha derramado por galones en estas llanuras.

Los humanos, nuestras familias, se matan entre sí.

Los azules combaten a los grises, los blancos a los rojos...

Y después estamos nosotros

El sol arde durante el día.

Eso está bien.

Nosotros ardemos aún más, en lo más profundo de nuestro ser.

Y cuando la dulce luna brilla en la noche,

No hay fuerte o campamento que nos pueda contener.

Corremos sobre zarpas de lobo más rápido que cualquier caballo.

Somos más fuertes que el búfalo, más letales que la cascabel.

Recorremos las sendas del espíritu entre este mundo y el siguiente.

Ni el plomo ni el pedernal pueden matarnos.

Somos los predilectos.

Hay una tormenta al otro lado del crepúsculo,

y hay algo que viene para devorarlo.

Tendrá que enfrentarse a nosotros primero.